Cada mañana en clase hacemos ejercicios de relajación y yoga para afrontar el día.
Nos tomamos nuestro tiempo para expresar nuestros sentimientos, ya que el aprendizaje, la atención y la memoria están profundamente influidos por las emociones.
Es el momento para encontrar un poco de tranquilidad, tanto física como mental, de esta manera mejoramos la concentración en las clases.